Pero volviendo al enunciado inicial, creo que nadie “inventa” cuando cree que lo está haciendo, tan sólo modifica realidades impresas en su memoria, únicamente manipula imágenes albergadas en su recuerdo. Incluso el esquema gráfico más inconexo e irracional, creado “aparentemente” inventado, no es otra cosa más que una combinación y una distorsión de formas reales archivadas en nuestra mente. Aunque es evidente la presencia de autores que, por una continuada práctica de corte realista, han desarrollado una habilidad especial para inventar los dibujos sin apoyo de documentación gráfica, nadie que no haya visto jamás un determinado objeto existente ni haya recibido ningún tipo de información sobre el mismo podrá “inventarlo” con un lápiz. Así pues, creyendo que al “inventar” sólo estamos copiando de nuestra memoria, y considerando que la misma es frágil, siempre he creído, y que me perdone quien consiga lo contrario, que es mejor copiar una bicicleta que tener que inventarla. Copiar y analizar imágenes es un indispensable alimento que precisa nuestra memoria visual.
Otro aspecto es la imaginación, la intervención de nuestras facultades imaginativas, la habilidad natural que poseemos cada uno de nosotros, en base a nuestras características intelectuales, a modificar, jugar, y combinar todos o cada uno de los elementos que han ido configurando nuestro universo interior, y que están allí dispuestos para poder ser transformados en lo que queramos sobre el papel. Así, una bicicleta puede convertirse en un gato de hielo rosa.”
Extraído de “La Técnica del Cómic”
Josep M. Beá
Editorial Iru, 1985
Josep M. Beá
Editorial Iru, 1985
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