La región, en la última década, ha sufrido una migración hacia los EEUU que redujo la población de 3000 personas a 500. Las calles de las comunidades lucen desoladas y los campos desiertos. El fotógrafo Matt Black captura, en un doloroso blanco y negro, la decadencia de poblados como San Miguel de Cuevas, uno de los últimos reductos en los que aún se hablan las lenguas precolombinas.
















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