lunes, 25 de enero de 2010

Little Nemo, el primer gran clásico de los cómics

Y no estoy exagerando. Los aportes de esta historieta al lenguaje de los cuadritos secuenciales fueron enormes. La creó en 1905 Winsor McCay (1869?-1934). Desconozco si este estadounidense (o canadiense, las fuentes no se ponen de acuerdo) era conciente de la revolución que estaba iniciando: el amaba profundamente dibujar y nada más. No había otras pretenciones ocultas.

Little Nemo se publicó originamente como página dominical en el periódico New York Herald bajo el título Little Nemo in Slumberland. Su primera aparición fue el 15 de octubre de 1905, y continuó regularmente hasta el 23 de abril de 1911. A partir del 30 de abril de 1911 comienza la segunda etapa en el New York American y otros periódicos propiedad de William Randolph Hearst. Ésta se extendió hasta el 26 de julio de 1914 y con título nuevo por problemas de derechos: In the Land of Wonderful Dreams. Hubo una tercera etapa entre los años 1924 y 1926, pero 20 años después la fórmula estaba gastada y saturada de copias, y pronto dejó de publicarse.

Volviendo a sus orígenes, la serie significó un salto gigante en el desarrollo de los cómics. Pensemos que sólo 10 años la separaban de la que es considerada oficialmente la primer historieta: The Yellow Kid. Comparando ambas se entiende mejor el avance que supuso la aparición de las aventuras del pequeño Nemo.

Tira de The Yellow Kid, de Outcault. La primera historieta en usar los globitos de diálogos con propiedad, aunque el protagonista se expresara habitualmente a través de inscripciones en sus vestimentas

Entre los aspectos que convierten a la mejor obra de McCay en un clásico están: el magnífico uso del color pocas veces visto en una plancha dominical (recordemos: era el año 1905), distribución creativa de las viñetas o cuadritos a lo largo y ancho de toda la página, múltiples y cuidadosos encuadres que incorporan mucho de la fotografía y la pintura (el cine estaba en pañales aún), y adelantándose a su época, plasmó visiones asombrosas propias de corrientes posteriores como el surrealismo.

Winsor McCay

¿Pero de qué trata? Nemo era un niño que todas las noches tenía sueños fantásticos, ambientados en un mundo llamado Slumberland. Inicialmente era convocado por Morfeo, el rey de los sueños, para convertirlo en el compañero de juego de su hija, la princesa. Entre los múltiples personajes secundarios estaban el niño caramelo, el doctor píldora, el imp, y flip, un extraño ser con un “wake up” escrito en su sombrero de copa. Al final de cada página, Nemo veía interrumpido bruscamente su sueño, ya sea porque alguien lo despertaba o porque caía de su cama.

Lo interesante era que cada sueño tenía continuidad con el siguiente, lo que permitía desarrollar mejor a los personajes y contar una historia que evolucionaba domingo a domingo, manteniendo el suspenso entre las entregas.


La serie fue tan exitosa que tuvo su propio merchandising (postales, vestimenta para niños, juegos), una obra de teatro en Broadway en 1908, y un corto animado mitad real, mitad dibujado, filmado por el propio Winsor McCay (el tipo, además de todo lo dicho hasta ahora, fue pionero en el arte de los dibujitos animados, llegando a ser fuente de inspiración para gente como Walt Disney). Durante las décadas del 30 y del 40, Robert McCay, hijo del artista y modelo en el que se inspiró para dibujar el personaje, intentó resucitarlo sin éxito. En 1984 el francés Arnaud Sélignac dirigió Nemo, inspirada muy libremente en las tiras. Y en 1989, el japonés Masami Hata estrenó el film de animación titulado Little Nemo:Adventures in Slumberland, con la colaboración en el guión de Jean Giraud (Moebius) y Ray Bradbury.

Little Ego, de Vittorio Giardino. Parodia erótica que respeta notablemente la linea clara y la escencia argumental del original

Las editoriales Fantagraphics Books y Taschen han publicado recopilaciones en inglés que abarcan el período 1905-1914. En español, Norma sacó un tomo con las historias comprendidas entre los años 1905 y 1908. En noviembre de 2009 puso a la venta una segunda parte. A fines de los setentas, la revista argentina “El Expreso Imaginario” rescató algunas de sus aventuras. Desde el 1 de enero de 2005, Little Nemo y el resto de la obra de McCay son de dominio público.

A continuación les dejo algunas páginas de esta verdadera joya. Las imágenes están en alta resolución para que puedan ser apreciadas correctamente, así que paciencia con su carga.


Enlaces:

Comic Strip Library
Sitio que recopila tiras correspondientes a la primera etapa (1905-1914), en inglés y con alta resolución.

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