Perdón por esta entrada localista, pero la grave situación institucional que atraviesa la Argentina me obliga a compartir esto que escuché recientemente. Vivimos tiempos en los que se han perdido todos los códigos. La pelea entre el Gobierno y el monopolio Clarín ha superado el límite de la honorabilidad y del buen gusto. En esta batalla sangrienta todo vale, y la mayoría de los ciudadanos nos encontramos en el medio sin entender hacia donde nos dirigimos. Los K utilizan los duros años de la dictadura para ensuciar a los medios del grupo empresario, llegando a tomar medidas Chavistas para despojarlos de sus entidades comerciales, y utilizando a patoteros como Moreno para violar las más básicas garantías constitucionales. Los medios atacan al gobierno por el lado del enriquecimiento ilícito y la malversación de fondos, manipulando información, sacando de contexto los dichos oficialistas, y ejerciendo sobre la población una política de miedo continua. Y en el medio, una oposición inepta que se cuelga con la intención de sacar réditos ante proximidad de las elecciones.
Nada es blanco o negro. Tanto un bando como el otro tienen sus aciertos y sus mugres. Lamentablemente la población está siendo conducida a un pensamiento maniqueo tan básico como idiota. Y todo por una cuestión de dinero y poder que a vos, ciudadano común, no te va a favorecer en absoluto. Quien mejor lo explica es el periodista Jorge Lanata, el único que a mi criterio mantiene un último atisbo de coherencia y sensatez. Puede que no les guste cómo dice las cosas, pero el contenido merece ser tenido en cuenta antes de tomar partido.
Al día siguiente, su casilla de correo se inundó de gente (oficialista) insultándolo y acusándolo de vendido. Esta fue su respuesta en el programa de televisión de esa misma noche.
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