martes, 31 de mayo de 2011

Latinoamerica, víctima una vez más de los estafadores

Se dice que latinoamérica tiene una de las tasas más altas de piratería del planeta. Pero nadie dice que los verdaderos piratas están del lado que los que proveen los servicios de telecomunicaciones (telefonía móvil e internet). El siguiente informe arroja algo de luz sobre ello.

¡Despierta! Estás pagando 50 veces más cara la banda ancha que en otros países

Lamentamos tener que darles esta mala noticia, pero seguramente será motivo para que muchos usuarios se movilicen por precios más justos: según un informe de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el precio de los servicios de Internet en la región son tan caros que imposibilitan su despliegue masivo.


Según el informe realizado por la CEPAL, como promedio en la región en marzo de este año el valor del servicio de banda ancha fija fue de 72,8 dólares el megabit por segundo (mbps), en contraposición a los 5,9 dólares por mbps contabilizados en los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Se trata de una diferencia de 50 veces.

En un extremo de la lista se ubica Bolivia, donde la tarifa (medida por Paridad de Poder Adquisitivo) fue de 300 dólares por mbps, y en el otro Panamá, donde se cobra a los usuarios 17,7 dólares por mbps.

Otro de los aspectos que definen la calidad de este servicio es la velocidad. Las cifras del Observatorio indican que en el último año en América del Sur se incrementó 53% la velocidad efectiva tanto de subida como de bajada con la que se accede a la banda ancha de Internet.

En ambos casos sobresale Chile, donde la velocidad de subida en abril alcanzó los 1.767 mbps, 39% más que en igual mes de 2010, y la de bajada 6.413 mbps. En Bolivia la velocidad de subida fue de 210 mbps y la de bajada 428 mbps, las cifras más bajas de la región.

Los datos fueron comunicados en el marco del lanzamiento del Observatorio Regional de Banda Ancha: “Será una importante fuente de información para el diseño y seguimiento de políticas públicas orientadas a la universalización de la banda ancha”, dijo al respecto la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.

Entre más información que brindó el Observatorio se determinó que el porcentaje de suscriptores de banda ancha móvil respecto al total de la población de América Latina y el Caribe pasó de 0,2% en 2005 a 4,7% en 2009, mientras que en los países que integran la OCDE la proporción se elevó de 5% a 49% en el mismo período.

Para ver el informe completo pueden ingresar al sitio de la CEPAL.


Enlace original: RedUsersEnlace

viernes, 27 de mayo de 2011

El G8 decide el futuro de Internet

Artículo publicado el 24 de mayo en el portal de RedUsers.


¿Por qué solo ocho gobiernos discuten el futuro de internet en el mundo?


Hoy comienza en París la cumbre del G8, un foro privado no oficial que reúne a los dirigentes de los países industrializados más ricos: este año el debate giraría en torno a Internet y los derechos de autor, sin embargo a este club no estamos todos invitados, indispensable traje y corbata.

La pregunta es disparadora de un debate importante que pareciera buscar nuevas iluminaciones al calor de las discusiones que se están desarrollando por estos días. Hoy arranca en París una nueva cumbre del G8, una suerte de club privado que reúne a los dirigentes de los países industrializados más ricos: Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá , Rusia y el Presidente de la Comisión Europea.

Según Wikipedia, “las cumbres del G8 celebradas en el siglo XXI han ocurrido en medio de debates y protestas de ciudadanos en todo el mundo. Este año, entre las razones dadas por los manifestantes destaca que “la cumbre del G8 no es más que una reunión arbitraria de los gobiernos responsables de acelerar la desigualdad y la pobreza, de la reducción de la seguridad social, de la exclusión de los individuos socialmente relegados y de la violación a los derechos humanos“.

Pero eso no sería todo, el problema real de este foro es quienes participan. Los colegas de ALT 1040 aseguran que algunos de los nombres que figuran para reunirse con los gobiernos son Jimmy Walles (Wikipedia) Mark Zuckenberg, (Facebook) Jeff Bezos (Amazon) y Eric Schmidt (Google) y el magnate Rupert Murdoch de News Corp. “¿Quién representa a los ciudadanos? Los gobiernos han sido capturados por intereses privados. ¿Seguiremos conformándonos con denunciar su colusión únicamente?”, se preguntan desde el sitio.

La clave del asunto reside en el interrogante ¿qué conclusiones se podrán sacar de un foro en el cual se definirá probablemente el futuro de internet y sus usuarios no están invitados a participar? La cifra más loca es que menos del 0,000001% de la cantidad total de humanos en esa reunión sentarán los lineamientos de un bien que pertenece a 6.920 millones.


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RedUsers

Agencia EFE

lunes, 23 de mayo de 2011

Los abogados de Taringa opinan

El Estudio Jurídico LEXAR, que tiene a su cargo la defensa de la red social, expone sus argumentos enfocándose en el "nuevo paradigma de comunicación" que plantea Internet y la falta de legislación al respecto.



El procesamiento a los administradores de Taringa ha despertado toda clase de reacciones y opiniones, cada una ellas abordadas desde puntos de vista y concepciones tan distintas como numerosas.

Queremos decir con esto que Taringa actúa como un reflejo, acaso un chivo expiatorio, de un debate que excede, y por amplio margen, el marco eminentemente jurídico o legal que es o debiera ser, al fin de cuentas, el único relevante para la Justicia Penal.

Así es como se han expresado opiniones que van desde el campo de la sociología, la filosofía, hasta terrenos más propio de la Ciencia Política que del Derecho en su sentido positivo.

Propio de estos órdenes es valorar una actividad humana determinada bajo categorías trascendentales como “bueno”, “justo o injusto”, “ético”, etc, etc.

Sin embargo un procedimiento penal, exige centrar el análisis en las normas escritas, y la relación entre éstas y una conducta dada, sin que ello implique negar para quien así lo entienda el carácter finalista del Derecho Penal. Las restantes valoraciones, si bien son los antecedentes necesarios de toda norma escrita, deben quedar para el debate político, para la política legislativa en particular.

Por supuesto que es constructivo debatir sobre el papel que ocupa Taringa o cualquier otro intermediario en el proceso de comunicación y circulación de información en Internet, pero la conclusión a la que arribemos estará impregnada de una historicidad propia del tiempo y del lugar donde ese debate ha tenido lugar. Luego, para que ese resultado se traduzca en un valor social protegido, necesariamente requiere al menos dentro de un Estado de Derecho su asimilación legislativa.

Desde un enfoque legal no encontramos en nuestro código penal la incriminación a la conducta seguida por los administradores del Sitio. Se confirma el procesamiento dictado en primera instancia en orden al delito previsto en el artículo 72, inc. 1 de la ley 11.723 en grado de participación, que establece: “edite, venda o reproduzca por cualquier medio o instrumento una obra inédita o publicada sin autorización de su autor o derechos habientes”. Entender que la conducta incriminada queda encuadrada en este artículo solamente sería a través de un intento forzado que implicaría la creación de un nuevo tipo penal cuya facultad es exclusiva del Poder Legislativo. Ello por cuanto el Sitio no “participa” en la edición, venta o reproducción de contenido. Participar es una forma de actuar, no un mero conocimiento del hecho, sino una contribución a producirlo.

A su vez, no podría existir una participación necesaria por parte de los administradores del sitio cuando la violación al contenido de las obras protegidas por derecho de autor se hubiera producido de cualquier forma sin la existencia del Sitio administrado por los imputados, aún más cuando en la mayoría de los casos el delito preexiste a la “supuesta participación” de los imputados, de modo que nunca podría haberse calificado como necesaria cuando el acceso al sitio no era condición indispensable para el acceso a la obra plagiaria, y podría haberse accedido sin transitar por el sitio en cuestión.

No hay más delitos que los contenidos en la ley, de modo que si el juez observa que la conducta incriminada no cumple con todos y cada uno de los elementos que conforman un tipo penal está obligado a absolver, pues “La ley penal está llena de silencios, y en materia penal el silencio es libertad”.

Por Estudio Jurídico Lexar



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RedUsers

Más comentarios del estudio Lexar

lunes, 16 de mayo de 2011

El cielo de las Canarias

Tal es el nombre del proyecto de Daniel López, donde usando técnicas fotográficas astronómicas y filmaciones con timelapse, consigue retratar uno de los mejores cielos del planeta. Gracias a Merisan por el dato. Clic para ampliar.






















El Cielo de Canarias / Canary sky - Tenerife from Daniel López on Vimeo.



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El cielo de canarias

jueves, 12 de mayo de 2011

La situación de Taringa

Ésto sucedió con los responsables de Taringa:

La Justicia procesó a Taringa! por violar la propiedad intelectual

La Sala VI de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional procesó a los hermanos Hernán y Matías Botbol, fundadores del portal de descargas Taringa!, por violar 29 oportunidades el artículo 72 inciso A de la ley nº 11.723 de Propiedad Intelectual.

De esta forma, el juzgado en lo criminal 4 de la Ciudad de Buenos Aires consideró que los acusados fueron partícipes necesarios de ese delito, razón por la cual embargó sus bienes por 200.000 pesos y los intimó a que borraran los posts denunciados. Caso contrario, se procedería a la detención de los procesados.


Y así se defienden:

La situación de Taringa! explicada por nosotros

Muchos sabrán a esta altura la situación que atraviesa hoy Taringa! Es por esto que queremos explicar los hechos con claridad como siempre lo hacemos, defendiendo nuestro trabajo y explicando el potencial daño que este proceso podría causar a la libertad en Internet en nuestro país.

Hacia 2009, La Cámara Argentina del Libro, las editoriales Astrea, La Ley, Rubinzal y Asociados, Ediciones de la Flor S.R.L., Ediciones La Rocca S.R.L., Editorial Universidad S.R.L., Gradi S.A. promovieron una denuncia contra Taringa! y otros sitios por supuesta infracción a la ley 11.723. La denuncia originalmente no prosperó en un procesamiento, y sólo pudo seguir su curso, luego de un recurso de apelación denegada.

Tal vez no todos nuestros usuarios sepan que significa este procesamiento, es por ello que nos parece bueno una breve reseña y así tener algo de claridad sobre lo mucho (o poco) que se está informando en este tema: El procesamiento es una instancia procesal que da por concluida la etapa de instrucción, de cara a la elevación a juicio de una causa penal. En términos generales el procesamiento indica que para los jueces existen elementos que justifican un juicio oral

¿Qué es lo que pasó hasta ahora?

Se nos intenta responsabilizar por ser titulares del medio, del instrumento, sin detenerse a reparar que no hemos cometido ninguna conducta penada por la ley. La Cámara confirma un procesamiento a partir de la presunta participación criminal en hechos penados por el art 72 de la ley 11.723, lo que equivale a sostener que como administradores de un sitio web somos garantes de la conducta seguida por nuestros millones de usuarios. Esto afirma el auto de procesamiento de primera instancia al intentar explicar el funcionamiento de este sitio web "Dicho accionar ha permitido que usuarios publicaran links autorizando la descarga de obras protegidas… sin que dicho accionar fuera evitado”. Se endilga la omisión en el control sin siquiera reparar si tal control es posible (esta es la verdadera discusión que debería estar planteándose en la justicia), y de allí se concluye en la participación criminal (si, leyeron bien, criminal) por omisión de una conducta penal que sólo puede ser cumplida por “comisión”, es decir llevándola adelante.

Bajo esta lógica se acusará también a los proveedores de Internet, a los buscadores, a los blogs, redes sociales, etc etc. sin cuya participación no habría delito posible. No es un dato menor, porque no es una discusión sobre Taringa! sino que abarca a todos los que participamos de internet y las redes sociales.

Es el Estado quien tiene a cargo la persecución de los autores de delitos, y es también a los titulares de derechos de autor a quienes la ley les da las herramientas para proteger sus obras. Como administradores de un sitio web no podemos reemplazar a uno ni a otros, no podemos investigar el destino final de cada uno de los 20.000 post diarios que recibimos, escrutando la inmensidad de Internet, para determinar eventualmente sobre la licitud o ilicitud de lo que sea que allí encontremos.

Este fallo deja entrever el escaso conocimiento y estudio que existe en nuestra justicia sobre Internet y el profundo impacto que la misma supone para el entramado de relaciones jurídicas de nuestro mundo actual. Es preciso que nuestros usuarios sepan que esperamos el Juicio para defendernos y defender aquello en lo que creemos. Lo que aquí se resuelva será de suma importancia para todos los que formamos parte de Internet.


Confiamos entonces que en esa oportunidad nuestra Justicia sabrá juzgarnos sobre la base de aquello que hayamos hecho y esté prohibido por las leyes, ya que está en riesgo el futuro de Internet tal como la conocemos hoy en día, el futuro de los contenidos, de los accesos y de todas las herramientas que usamos a diario para trabajar, para entretenernos, para informarnos.


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RedUsers

Taringa

sábado, 7 de mayo de 2011

La muerte de Bin Laden

Todos conocemos ya la versión oficial de la muerte del terrorista árabe. Presenciamos el show mediático del presidente Obama, los bloopers, la línea editorial nacionalista de la CNN... Ahora veamos la contracara de gente con autoridad para opinar. El veterano periodista Robert Fisk entrevistó a Osama Bin Laden en tres ocasiones y actualmente es el corresponsal en Oriente Medio del periódico inglés The Independent. En este artículo dá su punto de vista sobre el terrorista, sin dejar de criticar con ironía la actuación de los EEUU.




Un guerrero superado por la historia
Robert Fisk


Un don nadie de mediana edad, un fracasado político, rebasado por la historia –por los millones de árabes que exigen libertad y democracia en Medio Oriente–, murió en Pakistán este domingo. Y el mundo enloqueció. No bien había salido de presentarnos una copia de su certificado de nacimiento, el presidente estadunidense apareció en medio de la noche para ofrecernos en vivo un certificado de la muerte de Osama Bin Laden, abatido en una ciudad bautizada en honor de un mayor del ejército del viejo imperio británico. Un solo tiro en la cabeza, nos dicen. Pero ¿y el vuelo secreto del cuerpo a Afganistán, y el igualmente secreto sepelio en el mar?

La extraña forma en que se deshicieron del cuerpo –nada de santuarios, por favor– fue casi tan grotesca como el hombre y su perversa organización.

Los estadunidenses estaban ebrios de alegría. David Cameron lo llamó “un enorme paso adelante”. India lo describió como “un hito victorioso”. “Un triunfo resonante”, alardeó el primer ministro israelí Netanyahu. Pero, luego de 3 mil estadunidenses asesinados el 9/11, incontables más en Medio Oriente, hasta medio millón de víctimas mortales en Irak y Afganistán y 10 años empeñados en la búsqueda de Bin Laden, oremos por no tener más “triunfos resonantes”.

¿Ataques en represalia? Tal vez ocurran, de los grupúsculos en Occidente que no tienen contacto directo con Al Qaeda. A no dudarlo, alguien sueña ya con una “brigada del mártir Osama Bin Laden”. Tal vez en Afganistán, entre los talibanes. Pero las revoluciones de masas de los cuatro meses pasados en el mundo árabe significan que Al Qaeda ya estaba políticamente muerta. Bin Laden dijo al mundo –de hecho me lo dijo en persona– que quería destruir los regímenes pro occidentales en el mundo árabe, las dictaduras de los Mubaraks y los Ben Alís. Quería crear un nuevo califato islámico. Pero en estos meses pasados, millones de árabes musulmanes se levantaron, dispuestos al martirio, pero no por el islam, sino por democracia y libertad. Bin Laden no echó a los tiranos: fue la gente. Y la gente no quería un califa.

Tres veces me reuní con el hombre y sólo me quedó una pregunta por hacerle: ¿qué pensaba al observar cómo se desenvolvían esas revoluciones este año, bajo las banderas de naciones, más que del islam, cristianos y musulmanes juntos, personas como a las que sus hombres de Al Qaeda les encantaba reventar?

A sus ojos, su logro fue crear Al Qaeda, institución que no tenía tarjeta de membresía. Bastaba levantarse una mañana queriendo ser de Al Qaeda, y ya lo era. Él fue el fundador, pero nunca un guerrero en batalla. No había una computadora en su cueva, ni hacía llamadas para que detonaran las bombas. Mientras los dictadores árabes gobernaban sin que nadie les hiciera frente, con nuestro apoyo, evitaron hasta donde les fue posible condenar la política de Washington; sólo Bin Laden lo hacía. Los árabes nunca quisieron estrellar aviones en altos edificios, pero admiraban al hombre que decía lo que ellos querían decir. Pero ahora, cada vez más, pueden decirlo. No necesitan a Bin Laden. Se había vuelto un don nadie.

Hablando de cuevas, la desaparición de Bin Laden arroja una luz sombría sobre Pakistán. Durante meses, el presidente Alí Zardari nos había estado diciendo que Osama vivía en una cueva en Afganistán. Ahora resulta que vivía en una mansión en Pakistán. ¿Traicionado? Claro que sí. ¿Por los militares o por los servicios de inteligencia de Pakistán? Es muy probable que por los dos. Pakistán sabía dónde estaba.

Abbottabad no sólo es hogar del colegio militar de ese país –la ciudad fue fundada por el mayor James Abbott del ejército británico en 1853–, sino también cuartel de la segunda división del cuerpo del ejército del norte. Apenas hace un año busqué una entrevista con uno de los “criminales más buscados”, el líder del grupo responsable de las masacres de Bombay. Lo encontré en la ciudad paquistaní de Lahore, resguardado por policías paquistaníes armados con ametralladoras.

Desde luego, hay una pregunta de lo más obvia sin respuesta: ¿no podrían haber capturado a Bin Laden? ¿Acaso la CIA o los Seals de la Armada o las fuerzas especiales o cualquier cuerpo estadunidense que lo haya matado no tenía los medios para arrojarle una red al tigre? “Justicia”, llamó Barack Obama a esta muerte. En los viejos tiempos “justicia” significaba proceso debido, un tribunal, una audiencia, un defensor, un juicio. Como los hijos de Saddam Hussein, Bin Laden fue muerto a tiros. Claro, él jamás quiso que lo atraparan vivo... y había sangre a raudales en la habitación donde murió.

Pero un tribunal habría preocupado a muchas más personas que a Bin Laden. Después de todo habría podido hablar de sus contactos con la CIA durante la ocupación soviética de Afganistán o de sus acogedoras reuniones en Islamabad con el príncipe Turki, jefe de la inteligencia de Arabia Saudita. Así como Saddam Hussein –quien fue juzgado por el asesinato de sólo 153 personas y no por los miles de kurdos gaseados– fue ahorcado antes de que tuviera oportunidad de contarnos sobre los componentes del gas llegados desde Estados Unidos, sobre su amistad con Donald Rumsfeld o la asistencia militar que recibió de Washington cuando invadió Irán, en 1980.

Resulta extraño que Bin Laden no fuera el “criminal más buscado” por los crímenes internacionales de lesa humanidad del 11 de septiembre de 2001. Ganó su estatus del viejo oeste por ataques anteriores de Al Qaeda a embajadas de Estados Unidos en África y al cuartel del ejército de ese país en Durban. Siempre estaba a la espera de los misiles de crucero… también yo cuando me reuní con él. Había esperado la muerte antes, en las cuevas de Tora Bora en 2001, cuando sus guardaespaldas se negaron a dejarlo presentar resistencia y lo obligaron a cruzar a pie las montañas hacia Pakistán. De seguro pasó algún tiempo en Karachi; estaba obsesionado con esa ciudad: hasta me dio fotografías de grafitis de adhesión a su causa en los muros de la antigua capital paquistaní, y elogiaba a los imanes locales.

Sus relaciones con otros musulmanes eran un misterio. Cuando me reuní con él en Afganistán, en un principio tenía miedo del talibán y se negó a dejarme ir a Jalalabad de noche desde su campamento: me entregó a sus lugartenientes de Al Qaeda para que me protegieran en el viaje al día siguiente. Sus seguidores odiaban a los musulmanes chiítas por herejes; para ellos todos eran dictadores e infieles, aunque Bin Laden estaba dispuesto a cooperar con los ex baazistas iraquíes contra los ocupantes estadunidenses de su patria y lo dijo así en una grabación de audio que la CIA típicamente pasó por alto. Nunca elogió a Hamas y apenas si era digno de la definición de “guerrero sagrado” que ese grupo le dedicó este lunes, la cual llegó, como de costumbre, directamente a manos israelíes.

En los años posteriores a 2001, tuve una débil comunicación indirecta con Bin Laden. Una vez me reuní con uno de los socios en los que confiaba en Al Qaeda, en una ubicación secreta en Pakistán. Escribí una lista de 12 preguntas, la primera de las cuales era obvia: ¿qué clase de victoria podía proclamar, cuando sus acciones condujeron a la ocupación por Washington de dos naciones musulmanas? Durante semanas no hubo respuesta. Luego, un fin de semana, cuando esperaba para dar una conferencia en San Luis Misuri, en Estados Unidos, me dijeron que Al Jazeera acababa de difundir una nueva cinta de Bin Laden. Y una a una –sin mencionarme– contestó mis 12 preguntas. Y sí, quería que los estadunidenses fueran al mundo musulmán… para así poder destruirlos.

Cuando Daniel Pearl, periodista del Wall Street Journal, fue secuestrado, escribí un largo artículo en The Independent, en el que suplicaba a Bin Laden que le salvara la vida. Pearl y su esposa me cuidaron cuando fui golpeado en la frontera afgana, en 2001; él incluso me dio el contenido de su libro de contactos. Mucho tiempo después me dijeron que Bin Laden había leído mi reporte con tristeza. Pero Pearl ya había sido asesinado. O eso dijo Osama.

Las obsesiones de Bin Laden infestaron a su familia. Una esposa lo dejó, otras dos parecen haber muerto en el ataque estadunidense del domingo. Conocí a uno de sus hijos, Omar, en Afganistán, en 1994; estaba con su padre. Era un niño guapo y le pregunté si era feliz. “Sí”, me respondió en inglés. Pero el año pasado publicó un libro llamado Living Bin Laden, en el que, al describir cómo su padre mató a los perros que él amaba en un experimento de guerra química, lo llamó “un hombre malvado”. En ese libro también recordó nuestro encuentro, y concluyó que debió haberme dicho que no era un niño feliz.

Para el mediodía de este lunes ya había yo recibido tres llamadas telefónicas de árabes, todos seguros de que los estadunidenses mataron al doble de Bin Laden, igual que muchos iraquíes creen que los hijos de Saddam Hussein no perecieron en 2003, y que el propio Saddam tampoco fue ahorcado. A su debido tiempo, Al Qaeda nos lo dirá. Por supuesto, si todos estamos equivocados y era un doble, veremos un video más del verdadero Bin Laden… y el presidente Obama perderá la próxima elección.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya


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martes, 3 de mayo de 2011

Lo dijo: Ernesto Sabato (1911-2011)


"Que la lectura es una fiesta puede resultar la verdad más rotunda para quienes hayan sido invitados al banquete literario. Vivir historias de otros como propias, viajar a mundos desconocidos sin moverse de casa, deslizarse por las palabras hasta el fondo del sentido, saborear los ritmos de la letra, comprender la universalidad del dolor que relatan los cuentos de todas las épocas y la maravilla de la pasión que también se cuenta desde los orígenes de la palabra: todo esto y más habita en la literatura. Perderse esta fiesta es imperdonable."


Ernesto Sabato
escritor, ensayista, físico y pintor argentino
Presidió la comisión que redactó el informe Nunca Más
sobre la desaparición de personas durante
la última dictadura militar argentina